El 22% de los afiliados en el sector son inmigrantes, según datos publicados por La Vanguardia.
La construcción en España mantiene un fuerte dinamismo gracias, en gran medida, a la aportación de los trabajadores extranjeros.
Según datos recopilados por un análisis de La Vanguardia publicado ayer, el sector cuenta actualmente con 229.000 afiliados extranjeros, lo que supone el 22 % del total de su fuerza laboral.
En un mercado laboral que ya alcanza los 3,1 millones de trabajadores inmigrantes en toda España —el 14 % de los afiliados—, la construcción se consolida como uno de los sectores que más depende de esta mano de obra, junto con la hostelería y el campo.
Un soporte imprescindible para el crecimiento
El peso de los trabajadores extranjeros se ha convertido en un factor determinante para sostener la actividad del sector en un contexto de alta demanda de personal. “Casi uno de cada cuatro trabajadores de la construcción es inmigrante, una cifra clave para entender cómo se mantiene la competitividad y el avance de proyectos en todo el país”, apuntan fuentes del análisis.
En comparación con otros sectores de baja cualificación, la construcción se sitúa por debajo de la hostelería (30 % de afiliación extranjera) y de los sistemas especiales agrario (34 %) y de empleo en el hogar (42 %), pero muy por encima de la media general de la economía (14 %).
En términos de procedencia, los colectivos más numerosos en el mercado laboral español son los de Marruecos (343.000 afiliados) y Rumanía (335.000), seguidos de cerca por los trabajadores de Colombia, Venezuela e Italia, cada uno con más de 200.000 afiliados. Estas comunidades también están presentes de manera significativa en el sector de la construcción, aportando perfiles que resultan esenciales para cubrir las necesidades de las empresas.
La dependencia de la construcción de la mano de obra extranjera pone sobre la mesa retos de futuro: la necesidad de mejorar la integración laboral y formativa de estos profesionales, garantizar condiciones dignas y adaptar la estrategia empresarial a un mercado laboral cada vez más diverso.
En paralelo, las previsiones económicas apuntan a un crecimiento del PIB español del 2,6 % en 2025, muy por encima de otras economías europeas, lo que mantendrá la presión sobre sectores con alta demanda de trabajadores, como la construcción.