Solo uno de cada tres propietarios invierte en la instalación eléctrica, pese a ser clave para la transición energética.
La mayoría de las rehabilitaciones de vivienda en España siguen centradas en mejoras estéticas o funcionales y no en la eficiencia energética o la descarbonización, según un informe elaborado por el Observatorio de la Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda (OREVE) y el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE).
El estudio muestra que ocho de cada diez rehabilitaciones no incluyen actuaciones dirigidas a reducir emisiones y que, aunque el 60 % de las viviendas rehabilitadas necesitaban actualizar su instalación eléctrica, solo un tercio de los propietarios acepta invertir en ello. Los arquitectos técnicos encuestados advierten de que sin una red eléctrica moderna no es posible avanzar hacia hogares electrificados, seguros y sostenibles.
Además, la investigación refleja una brecha entre las prioridades de los propietarios y las necesidades reales de los inmuebles: solo en un 15 % de los casos coinciden las actuaciones previstas con las recomendaciones técnicas.
El acceso a las ayudas públicas continúa siendo otro obstáculo. Apenas un 10 % de los propietarios que rehabilitan las solicitan y casi un 40 % de los que lo intentan terminan renunciando, debido a la burocracia, la lentitud y la necesidad de adelantar el dinero.
Para revertir esta situación, el OREVE y el CGATE proponen simplificar las ayudas, asignar un 10 % de los fondos públicos a la actualización eléctrica y exigir un informe técnico en la compraventa de vivienda usada, que garantice al comprador conocer el estado real del inmueble. Ambas entidades insisten en que la electrificación del parque residencial es esencial para la transición energética y la seguridad de los hogares.